No hay discusión. Facebook se ha convertido en la Red Social por excelencia en Chile y es la plataforma más utilizada a nivel mundial, superando con creces a otras tecnologías. Diversos estudios demuestran su crecimiento y, como consecuencia directa, ya es parte de nuestra vida cotidiana, siendo tan o más indispensable que cualquier otra necesidad básica, transformándose así en una nueva “extensión” del ser humano.
En pleno siglo XXI, una persona, al salir de casa, puede olvidar sus llaves, billetera u otro elemento, pero nadie puede estar sin su celular, Tablet o PC, ya que en dichos dispositivos se encuentra la “vida” de la gente. Esto es, sus contactos, agendas, cuenta bancaria, redes sociales, en fin, todo lo que nos permite organizarnos durante la jornada.
En el plazo de una década, desde 2008 al 2018, la evolución de las cuentas nacionales de Facebook ha tenido un aumento explosivo, tal como se explica en este gráfico.
Según Daniel Halpern, Director de Tren Digital de la Universidad Católica, “la irrupción de la red generó un profundo cambio social en Chile. Transformó la forma en que las personas se relacionan, como interactúan. La gente empezó a desarrollar más contenido visual y a sentirse atraída por esto”.
Este fenómeno que describe Halpern es digno de un estudio sociológico, pues el grado de dependencia con las nuevas tecnologías es demasiado alto. La gente necesita estar conectada todo el día –por trabajo o por ocio- pero ahí surge una problemática que es compleja, ya que se ha alterado las relaciones familiares, de pareja y de amistad, pues cada vez más, el contacto “cara a cara” entre los seres humanos es más lejano, frío e impersonal.
A modo de ejemplo, las personas ya casi no hablan por celular, sino que se comunican a través de Whatsapp, y es muy común ver, en una reunión familiar, a la mayoría de los comensales estar más pendientes de sus dispositivos electrónicos, que de interactuar con la persona que tienen al frente.
Podríamos decir que la gente “se mantiene comunicada con la gente que está en otro lugar y alejada con la que está a su lado”.
¿Qué podríamos esperar para los próximos años? Sin duda, las proyecciones son insospechadas en el uso de redes sociales y en las nuevas tecnologías que puedan surgir.
Lo importante es darle un uso adecuado, que contribuya al ser humano y que no le haga perder demasiado tiempo en ocio ni que merme el rendimiento académico de los estudiantes, ni la capacidad productiva de los trabajadores.
Su correcta utilización, con fines pedagógicos y de trabajo, puede hacer de Facebook una herramienta bastante útil y productiva, en un mundo cada vez más tecnologizado. Pero hay que hacer hincapié que hay otros valores humanos que se deben conservar y fomentar.
