El drama humano que significa vivir sin acceso al agua es conmovedor. Vecinos de sectores de la Quinta Región norte se han unido en una lucha por exigir su derecho a tener el líquido vital para consumo humano, para desarrollar sus actividades y recuperar su dignidad.

Por Pamela Cuevas, Roberto Aymani, Ma. Isabel Guzmán

Caminar por Cabildo, una ciudad de la zona norte de la Región de Valparaíso, muestra una situación tan drástica como inexplicable. Imagínese circulando en vehículo por una calle. Si mira hacia la derecha, puede deleitarse observando verdes plantaciones de árboles de paltas. Un vergel.

Pero vuelca su mirada hacia el otro lado del camino. Sí, a sólo metros de distancia una orilla de la otra, y allí verá sequía total. Decenas de troncos de árboles cortados, arrancados porque murieron por falta de agua. La misma agua que riega los árboles plantados al frente.

Pero el drama real lo viven las personas, quienes no sólo no cuentan con agua para cubrir necesidades básicas que muchos ni siquiera valoran. Pero, además, estos pobladores son perseguidos, amedrentados, criminalizados, sólo porque exigen agua para beber, para regar sus propios árboles, para ir al baño, para lavar sus alimentos.  

Verónica Vilches es la presidenta del Agua Potable Rural (APR) San José de Cabildo. A pesar de su fuerza y entereza, esta mujer no puede esconder el dolor de ver el sufrimiento al que se ha condenado a sus vecinos, a toda una población.

Pero en verano la situación es mucho más crítica. Alcanza para cubrir sólo necesidades básicas. “La pasamos muy mal, mal, mal. Ahí nos tiene que apañar, ayudar, el Cuerpo de Bomberos de Cabildo. Ellos nos ayudan hasta cierta parte, cuando hay emergencia tremenda. Pero, por lo general, la gente tiene que ir reutilizando el agua. Porque no hay más forma. El que tiene plata para comprar, y el que no la tenga, tiene que reutilizar no más. Bañarse por presa, hacer en bolsas… siete días hemos tenido a parte de la población sin agua”, relata Verónica, dolida, triste.

Y como no fueron escuchados, sus reclamos cruzaron las fronteras y hoy este conflicto ha tenido repercusión internacional, por lo que han sufrido amenazas. Varios dirigentes tienen resguardo policial.

Verónica Vilches recuerda que “fueron a mi casa; me esperaron en el paradero afuera de la planta (APR). Me dicen de todo, y como mujer y por respeto, ya casi no digo nada, porque si no después nos buscan de nuevo para que cerremos la boca. Pero uno no se va a quedar callada siempre, porque no puedo perder mi dignidad. No porque vengan a provocar acá, a amenazarme acá a la planta, o en mi propia casa. Han ido directamente a buscarme, con nombre y apellido. Me ofrecieron hasta plata”.

¿Pero qué ha pasado en la zona para terminar en esta guerra por el agua? El río Petorca se agotó el año 97 y el río Ligua el 2004. “No obstante, empresarios agrícolas consiguieron aprovechamiento de aguas en ambos acuíferos que estaban completamente agotados, y cuando el agua les ha escaseado, simple y llanamente han recurrido a prácticas impropias. Construcción de drenes bajo tierra para capturar el agua de manera impropia y meterla a sus campos, construcción de pozos sin  derechos de agua legalmente constituidos, corridas de cercos para apropiarse de las cajas de los ríos”, comenta Rodrigo Mundaca, vocero nacional del Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente, Modatima.

De hecho, durante la primera quincena de junio, el subsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios, estuvo en el territorio, hizo una fiscalización masiva, con más de 40 funcionarios, y declaró que allí hay extracción ilegal de agua, en al menos 14 de 54 pozos.

Así viven los mil habitantes de la Villa San José, con unos pocos litros de agua diarios. Y tienen que considerar horarios para poder llenar el estanque que recibe aguas de otra comuna, la cual compran, sin ninguna ayuda estatal. Y si hay algo de lluvia, poder acumularla desde uno de los tres pozos casi secos que tienen a su disposición.

Son 100 cubos diarios de agua para toda esa población en invierno. Y el temor es que se repita la situación de insalubridad de esas aguas, como ocurrió en 2014 y 2015, cuando las mediciones superaron los límites permitidos de coliformes o bacterias contaminantes.  

 

El río Petorca está en restricción desde el año 97, lo que significa que no se puede constituir ningún derecho de aprovechamiento de agua, pero igualmente se constituyeron más de 3.600 lts por segundo después de la restricción. El río Ligua se declaró en restricción en 2004 y después de ese año se constituyeron 4.350 lts por segundo de agua.

 

Derechos de agua entregados en la zona

De acuerdo con el registro publicado por la Dirección General de Aguas (DGA), del Ministerio de Obras Públicas, en la Región de Valparaíso a la fecha se han entregado 14.121 derechos de aprovechamiento de aguas. Y aunque la ley ahora exige informar sobre el uso que se da a ese recurso, sólo respecto de 2.734 derechos los propietarios han cumplido con la norma, y lo señalado a la autoridad es lo siguiente:

 

 

 

 

Además, uno de los problemas que enfrenta el país en materia de derechos de agua, como se ha señalado, es que hay una multiplicidad de organismos que pueden otorgarlos, y no necesariamente existe coordinación entre ellos. Cabe indicar que se considera aparte Isla de Pascua, que posee condición de territorio especial, y allí sólo extraen agua a través de cinco pozos por bombeo.

 

 

Francisca Fernández, antropóloga y vocera del Movimiento por el Agua y los Territorios, MAT, plantea que “somos el país precursor en el mundo de los procesos privatizadores y, en concordancia, el único país del mundo que tiene las aguas privatizadas. Tenemos territorios como Wallmapu que tienen grandes afluentes de agua pero que están en sequía, porque el Estado ha separado el derecho del agua y la tierra entregando esos derechos a las grandes empresas y transnacionales. Si bien tenemos una escasez hídrica vinculada al cambio climático, yo diría que es un problema estructural generado principalmente por el modelo extractivista”.

El siguiente es el mapa de los conflictos socioambientales vinculados al agua en Chile.

 

 

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