Terremotos, tsunamis, volcanes, aluviones e incendios: los desastres de Chile que han marcado las últimas tres décadas y que quedaron en la memoria colectiva de todo un país.
Durante 2022, se registraron un total de 7.273 eventos sísmicos, de magnitud cercana o superior a 3º, según el recuento entregado por el Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile. Mientras tanto, ese mismo año, el Instituto Nacional de Estadística, informaba otra crítica cifra, en 2022 se habían producido 6.982 focos de incendios forestales. Hoy, el panorama sigue igual; incendios e inundaciones ocasionan grandes daños a las personas y ciudades.
UN PAÍS MARCADO POR LOS DESASTRES
Debemos tener en cuenta que desde el año 2010, hemos venido enfrentado al menos 17 registros graves asociados a la naturaleza. Sin embargo, el historial de eventos naturales extremos y desastres en Chile, tiene una larga trayectoria. Hemos sido testigos de eventos que han alcanzado una repercusión a nivel mundial, como lo fue el terremoto de Valdivia en 1960, y que debido a su magnitud, cambió el eje de rotación de la Tierra, acelerando su rotación y reduciendo la duración del día en 15 microsegundos.
Infografía desarrollada por el Instituto para la Resiliencia ante Desastres ITREND.
CINTURÓN DE FUEGO
Una de las causas más frecuentes de desastres en Chile, corresponde a la constante actividad sísmica y volcánica del territorio nacional. Esto ocurre, debido a que la ubicación geográfica de nuestro país se encuentra en el Cinturón de fuego del Pacífico. Que es una línea imaginaria que delimita la zona del planeta más sensible a los sismos y erupciones volcánicas, por estar justo sobre la unión de placas tectónicas; Nazca y Sudamericana las que cada cierto tiempo liberan energía al reacomodarse.
¿Dónde está ubicado el cinturón de fuego?
Es una de las zonas de subducción ubicada en las costas del océano Pacífico caracterizada por ser algunas de las regiones sísmicas y volcánicas más importantes y activas del mundo. Cada punto en el mapa, indica los países que conforman esta zona, Chile es uno de ellos.
Gráfico: Andrea A. Espinoza – Fuente: National Geographic
MÚLTIPLES AMENAZAS
Durante las últimas tres décadas, los desastres en Chile se han multiplicado. A los tsunamis, erupciones volcánicas y terremotos, se han sumado con mayor frecuencia incendios forestales, aluviones, sequía y fenómenos climáticos de características extremas por ejemplo, las olas de calor.
Haciendo un repaso por la historia, el registro de catástrofes en la década de los noventa iniciaba con la erupción del volcán Hudson. Debido a este evento, la región de Aysén estuvo soportando tormentas eléctricas, lluvias torrenciales y un enorme volumen de material volcánico durante las dos fases que tuvo la erupción del macizo.
Conoce los desastres de Chile en los últimos 30 años
Infografía: Andrea A. Espinoza
1991
Durante junio de ese año, en la región de Antofagasta, torrenciales lluvias produjeron la remoción en masa más fuerte registrada en el país hasta ese entonces. La catástrofe cobró 91 víctimas fatales, 19 personas desaparecidas, 6.000 viviendas destruidas y más de 70.000 personas damnificadas. Meses más tarde, un nuevo desastre afectaba a la misma región. La erupción subpliniana del volcán Láscar, dejó al sector de Toconao bajo las cenizas, registrándose graves pérdidas económicas y la evacuación de los habitantes del sector.
Años más tarde, y debido a las torrenciales lluvias en la región Metropolitana, las comunas de Macul, Peñalolén y La Florida fueron protagonistas de un gran aluvión. La devastadora remoción en masa, ocurrió el 3 de mayo de 1993 y fue provocada por el deshielo en las zonas altas de la cordillera. Esta situación hizo que aumentara el caudal de las quebradas y facilitó el transporte de material rocoso, arrasando con todo a su paso. La década del noventa finalizaba con otro evento sísmico de 6,8º en la comuna de Punitaqui, región de Antofagasta, afectando a Chile desde la región de Tarapacá al Biobío.
UN MILENIO MARCADO POR LOS DESASTRES
Ya en el nuevo milenio, el norte del país era nuevamente azotado por un sismo: un 13 de junio de 2005, el terremoto de Iquique registró una magnitud de 7,8º. En el que fallecieron 6 personas debido principalmente a aludes de rocas, y a un mes del desastre, se registraron más de 2.000 réplicas. Luego, en el año 2007, otro terremoto se produjo en Puerto Aysén, el que alcanzó los 6,2º y ocasionó un tsunami con olas de más de 6 metros. El mismo año, el norte de Chile era nuevamente afectado por un terremoto. Esta vez, Tocopilla era sacudida por movimiento telúrico de 7,7º. El terremoto fue percibido por gran parte del país y alcanzó una duración aproximada de 3 minutos.
Siguiendo los registros de los desastres en el país, los volcanes también han sido protagonistas de las principales catástrofes: en mayo de 2008, la erupción del volcán Chaitén obligó a evacuar a más de seis mil personas y destruyó por completo la ciudad del mismo nombre, la que tuvo que ser refundada a 10 kilómetros de su ubicación principal.
27/F
Eran las 3:34 de la mañana del 27 de febrero de 2010, cuando un megaterremoto sacudió a Chile durante 2 minutos y 30 segundos, logrando una magnitud de 8,8º. Las regiones de Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins, Maule, actual Ñuble, Biobío y La Araucanía, fueron las más afectadas. En total 525 fallecidos y decenas de desaparecidos, debido al tsunami que golpeó a las costas nacionales post terremoto. Si bien, durante los años posteriores, se registraron miles de réplicas asociadas, en abril se 2014 otro sismo de gran magnitud se registró en Iquique. Un terremoto de 8,2º causó la muerte de 7 personas. Al año siguiente, una vez más, el norte de Chile registraba un sismo de 8,4º en el mes de septiembre en Copiapó, dejando a 15 personas fallecidas.
Posteriormente, en 2011, en el sur del país ocurría la erupción del cordón volcánico Puyehue-Caulle. Lo que obligó a evacuar a cuatro mil personas y su actividad que inició en junio de 2011, terminó a fines de ese año.
VALPARAÍSO EN LLAMAS
En abril de 2014, en la región de Valparaíso se registró una nueva y gran tragedia. Un incendio forestal que arrasó con siete cerros y produjo la muerte de 15 personas, destruyó más de 2.500 viviendas y más de 1.100 hectáreas. Diez años más tarde, la misma región era protagonista de un nuevo siniestro. Exactamente, el día 2 febrero de 2024, en el Lago Peñuelas iniciaba el incendio forestal que se registró como diez veces más grande, que el de la década anterior. Este se considera como, una de las peores emergencias urbanas y forestales, en cuanto a incendios ha registrado.
Imagen de Archivo: Consejo Políticas de Infraestructuras
Sistema de Información Geográfica (SIG) de Incendios para la Gestión de Recursos de la NASA. En rojo destacan las zonas afectadas por el fuego.
UN EVENTO HISTÓRICO
Durante este década, los terremotos no fueron los únicos desastres naturales. Durante los días 24 y 25 marzo de 2015, 26 personas perdieron la vida y más de una decena de personas se reportaron como desaparecidas. Esto, a causa de los 17 aluviones simultáneos que se produjeron en las regiones de Atacama y Antofagasta. La crecida del Río Copiapó, ocasionó lo que se catalogó, según la ONEMI (actual SENAPRED), como un "evento histórico".
Ese mismo mes, se reportaba una nueva erupción del volcán Villarrica, en la región de La Araucanía. La que produjo que más de cuatro mil personas fueras evacuadas. Otros volcanes como el Calbuco, Nevados de Chillán y el Láscar (región de Antofagasta), presentaron diversas alertas durante los últimos años.
Los desastres en Chile, no se han detenido. Durante este invierno, hemos sido testigos de un histórico récord: el año más lluvioso en dos décadas. Las fuertes y constantes precipitaciones, ocasionaron la crecida de distintos caudales, afectando la vida de cientos de personas.
En la ventana comparativa (imagen de antes de la inundación en RGB y la imagen SAR post inundación en tonos celestes), se aprecia en el costado izquierdo como se va perdiendo la definición del caudal del Río Lía, debido a la inundación. Sector Pichilo, Río Lía, comuna de Biobío. Agradecimientos a ICEYE por imagen SAR.
En resumen, nuestro país constantemente está en medio de situaciones que afectan a comunidades y ciudades. Por esto, es necesario fortalecer las políticas públicas de prevención, gestión y mitigación ante amenazas naturales y/o antrópicas. Así como también, fortalecer las organizaciones encargadas de atender las emergencias. El objetivo es estar preparados para enfrentar nuevas situaciones que pongan en peligro la vida de las personas.
DESASTRES "SOCIONATURALES"
Para Joselyn Robledo, encargada de la Infraestructura de Datos Espaciales del Servicio Aerofotogramétrico de la Fuerza Aérea de Chile, los desastres "naturales" siempre tienen algo de socionaturales: "Debido a la complejidad natural de nuestro país estamos completamente expuestos a diferentes tipos de amenazas". "Se ha hecho cada vez más frecuente la entrega de imágenes satelitales y aplicativos web, a las organizaciones encargadas de emergencias ante eventos de remoción en masa e inundaciones".
"Dentro de la última década aún aumentado en un 27% las solicitudes de apoyo a emergencias, sobre todo en la época estival, donde los incendios forestales se propagan rápidamente debido a las condiciones meteorológicas".
Joselyn Robledo, encargada de la Infraestructura de Datos Espaciales del Servicio Aerofotogramétrico (SAF) de la Fuerza Aérea de Chile.
Además, Robledo destaca el aumento de apoyos que desde su trabajo realizan ante diferentes eventos socionaturales: "Se ha hecho cada vez más frecuente la entrega de datos geoespaciales a las organizaciones encargadas de emergencia ante eventos de remoción en masa e inundaciones". Aquí radica la importancia que tiene este insumo para la gestión del ciclo completo de desastres.
DATOS GEOESPACIALES, LA BASE PARA LA GESTIÓN DE DESASTRES
Las políticas públicas para la gestión del riesgo de desastres, son un elemento imprescindible para crear el cambio en la sociedad y avanzar hacia el trabajo integral y coordinado entre instituciones. Hoy, las herramientas son múltiples y nos permiten educar y concientizar a la comunidad y autoridades para enfrentar de la mejor manera cada emergencia"
De acuerdo con lo anterior, Claudia Ibáñez, cartógrafa y Magíster en asentamientos urbanos del Servicio Aerofotogramétrico, comenta sobre la importancia de la prevención de desastres a nivel nacional, regional y comunal. Indica además cómo la información geoespacial se ha convertido en el insumo clave para avanzar mediante la toma de decisiones informadas.
Tal como lo indica Ibáñez, "La información geoespacial permite localizar, ubicar y situar un evento específico, permite conocer el área de afectación y generar indicadores, análisis y con eso obtener resultados que permiten extraer tendencias en la medida que yo evalúo en forma temporal un desastre".
"Todo fenómeno tiene una ubicación específica, un punto específico de partida y en la medida que yo conozco los antecedentes previos, mientras más me documente, mientras más información estadística tenga de ese evento de mejor manera voy a poder responder en propuestas que contribuyan a enfrentar la emergencia y ayudar a las autoridades a que tomen mejores decisiones, decisiones más informadas".
Claudia Ibáñez, cartógrafa en la Infraestructura de Datos Geoespaciales del Servicio Aerofotogramétrico.
REVISA LAS RECOMENDACIONES DE LAS AUTORIDADES:
Infografía: Andrea A. Espinoza