Quienes hayan nacido en la segunda mitad de los ’90 probablemente tuvieron una infancia marcada por los cassettes y los CD’s. Tal es mi caso y si bien hay varias bandas de rock latino que marcaron la banda sonora de mi infancia, hay una que, por lejos, tomó ventaja: Soda Stereo.
La banda argentina formada en 1982 por Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti tuvo un impacto significativo en la adolescencia de mis padres, quienes en un acto de generosidad terminaron por reproducir ocasión tras ocasión sus éxitos en una antigua radio, terminaron por convertirla en mi agrupación musical favorita.
Por qué relaciono a Soda Stereo con Tongoy
Y si bien la música puede evocar diferentes sensaciones, lo cierto es que en mi caso, escuchar a Soda Stereo me transporta a esos veranos en Tongoy, donde el calor, el agua salada y los helados en la orilla de la playa terminaban por hacerte olvidar que en unas pocas semanas más habría que volver al colegio y que las preocupaciones de un niño eran otras.Qué linda era la vida por aquel entonces.
Mi canción favorita? Prófugos y que habla no solo del ser cómplices en el amor, sino que también para rehuir de una vida carente, con “religiones sin motivo” y “carreteras sin sentido”.
Ya con 11 años, la ilusión de ver a la banda que marcó mis veranos se acrecentó con la gira Me Verás Volver. Sin embargo, no había cómo financiar un viaje a Santiago por aquel entonces en mi familia para poder presenciar a Soda Stereo. El premio de consuelo anticipado fue ver a Gustavo Cerati, por la tele, en el Festival de Viña del Mar ese mismo año.
Prácticamente Soda Stereo me ha acompañado en distintos momentos de mi vida y uno de los que más me marcó fue cuando falleció Gustavo Cerati en 2014, dejando tras de sí un legado para el rock latino que ha sido inolvidable, al menos para mi.