• La disminución de la materia prima esencial para la elaboración de libros, el papel, es una problemática que poco a poco genera ruido en la industria. Dificultades para reimprimir ejemplares y la potencial alza del valor del libro son las principales alertas que editoriales, imprentas y librerías están vislumbrando. Un tema que preocupa y que emana progresivamente, pero que podría traer coletazos insospechados tanto para los todos los usuarios del papel, como para el sector cultural ligado a la literatura.

Las consecuencias de la pandemia del COVID-19 están a la vista: el precio de los alimentos se ha incrementado, al igual que el del transporte, de la vivienda y también de los libros. Pese a que siempre se ha cuestionado su costo en Chile, por el IVA del 19 %, se espera que durante los próximos meses este aumente su valor en un 35% o un 40% debido al alza en las materias primas para la confección, distribución y venta de ejemplares. Los principales afectados serán los consumidores, puesto que es una situación que las editoriales no podrán permear. ¿De qué manera esto puede afectar la continuidad del formato? ¿El libro estaría destinado a desaparecer? ¿Cuáles serían las consecuencias sociales y culturales de este posible escenario?

Para entender el porqué de esta inminente crisis, se debe conocer la complejidad de la cadena del libro y sobre los diversos actores que intervienen para que un ejemplar llegue a las manos de sus lectores. Tras este paso es que se podrá comprender la relevancia en el alza del papel que tiene directa relación con el delivery, ¿el delivery? Sí. El mismo servicio que se utiliza para pedir comida y ver una película, o evitar cocinar un miércoles a la medianoche, es parte de la problemática que azota al mercado editorial. 

 

Pero ¿por qué?:

  1. Para las entregas de comida y productos se utiliza el cartón para evitar que estos se deterioren en el traslado. 
  2. El cartón es una superposición de capas de papel; el papel se fabrica con celulosa extraída de la madera. 
  3. Al aumentar la demanda de delivery, aumenta la demanda de cartón y bolsas de papel.

¿Y los principales perjudicados? Fábricas de cuadernos, proveedores de servicios y… ¡los libros!

Según las estadísticas de la Asociación Chilena de Gastronomía, durante los primeros tres meses del 2022, los pedidos de delivery de comida aumentaron en un 44,7 %, por lo que en comparación al inicio de la pandemia, este indicador aumentó un 11,7 %. Además, una de las principales aplicaciones digitales de envíos de alimentos, Rappi, señaló en un estudio realizado entre enero y octubre del 2021, que las solicitudes de delivery aumentaron en un 175 % en comparación al 2020, y ese porcentaje equivale a la preparación de 318 mil 987 hamburguesas, que es el alimento preferido por los usuarios de la plataforma. O sea, miles de hamburguesas siendo preparadas mes a mes para las que se necesita un envoltorio, que puede ser una caja, un papel, stickers para sellar, servilletas, una bolsa de papel, entre otros elementos, por lo que las empresas dedicadas a la venta de materia prima y de estos insumos aumentaron también un 175 % la demanda. Y eso solo revisando el caso específico de Rappi.

 

Ver desde otra perspectiva el uso del papel puede ayudar a comprender el puente que existe entre el delivery y el libro, porque comparten el mismo soporte para llegar al cliente. Durante los años 2018 y 2021 en Chile se publicaron 32 mil 254 libros de diversos géneros. En el siguiente gráfico se puede visualizar que el número de libros se ha mantenido a través de los años sin un gran descenso o crecimiento, lo que da cuenta de una mantención en la periodicidad de publicaciones pese al aumento de la demanda de papel para otros fines, tales como el delivery

Pese a que Chile sea reconocido como un polo con diversos y diferentes recursos naturales, el principal proveedor de la materia prima del papel, la celulosa, es importada desde el extranjero, principalmente de países europeos. La situación en dicha zona también es de riesgo respecto al costo del recurso. Carla Berrocal, presidenta de la Asociación Profesional de Ilustradores de Madrid, España, se refirió en su cuenta de Twitter sobre este “secreto a voces” del cual poco se ha hablado. La profesional del mundo artístico señala que la industria se enfrentará a su mayor crisis y nadie habla de ello.

Vivir haciendo libros en Chile:

Para muchos, puede resultar una obviedad la relevancia que tiene el papel para la industria del libro, y claro, el problema sería más simple de solucionar si es que solo dependiera del costo del mencionado material, sin embargo, para concretar la publicación de un ejemplar, es necesario primeramente contar con una idea, la idea de una novedad que cautive a lectores habituales y a lectores casuales a comprar un libro. Luego, para poder llevar a cabo la idea, es preciso contar con un editor, un corrector de pruebas, una investigación, un escritor, insumos de oficina, entre otros. 

Una vez que el libro es escrito y editado, este debe pasar por la etapa del diseño, pieza fundamental dentro de esta cadena, puesto que incidirá directamente en las ventas de una novedad. El libro debe ser cautivador para el público objetivo. Luego que pasa por las correcciones y las adaptaciones de diseño por parte del profesional del arte, se imprime. Para esto, es necesario contar con una imprenta que sea confiable para que los libros no sean comercializados antes de tiempo. Posteriormente, tras la impresión del libro, viene la etapa de distribución. Aquí entran en la cadena aquellas empresas o personas que se dedican a posicionar las novedades en las librerías para que tengan la salida a venta que esperan las editoriales. En paralelo, el libro puede pasar por el proceso de venta de derechos. Para esta parte los scouts o agentes literarios juegan un rol fundamental en la presentación para una posterior compra de derechos por editoriales de diferentes países.

Ya distribuidos los ejemplares, el librero, o la persona a cargo de la venta de una librería, es fundamental: la posición de un libro en una estantería puede determinar la venta o no de un ejemplar. Todas las acciones descritas anteriormente son pagadas, finalmente, por el comprador final. O algunas veces paliada por fondos públicos, concursables o donaciones. Es por esto que el precio del papel juega un rol determinante, trascendental, porque puede encarecer entre un 30% o un 35 % su valor al comprador final, según indicó Eduardo Castillo, presidente de la Cámara Chilena del Libro a El Mercurio el miércoles 2 de marzo de 2022.

En palabras de Teddy Heinsen, presidente de la Asociación de Navieros de República Domicana a la BBC Mundo durante agosto del 2021, distintas industrias dedicadas al papel paralizaron su logística por falta  de contenedores y la disminución en el tráfico del transporte naviero, que es la principal vía de ingreso de esta materia prima. Esto hizo el match perfecto para que toda la industria de impresión de libros e insumos impresos vieran una disminución en sus operaciones, lo que retrasó la impresión de libros por falta de papel hasta en seis meses.

 

Emprender el rumbo editorial, de crear, producir, editar, imprimir, distribuir y vender libros es una hazaña para esta parte del siglo, sin embargo, La Pollera Ediciones este 2022 cumple diez años publicando libros en diferentes líneas, tales como la narrativa, no ficción, rescate literario, traducciones y ahora publicando divulgación, integrando al ramillete de autores y autoras a personas que marcan un hito en sus áreas de desempeño, tal como la periodista Paula Escobar, la bióloga marina Catalina Velasco, el director de orquestas Paolo Bortolameolli, entre otras plumas que dan forma al catálogo de la editorial.

Nicolás Leyton, editor y uno de los fundadores de La Pollera Ediciones, se refiere a la escasez del papel y explica que las editoriales debieron modificar las fechas de publicación de sus libros, encareciendo así los costos de producción

Siguiendo en el recorrido de los distintos actores de la cadena chilena del libro, se encuentran las imprentas, pieza fundamental dentro del circuito literario.

Francisco Fernández, jefe de producción de la imprenta Eclipse creativo, está en la primera línea de la problemática: ha tenido que conversar y negociar con las editoriales para poder concretar sus proyectos pese al costo del papel. Señala, además, cómo lograron continuar trabajando pese a la escasez.

En uno de los últimos eslabones de este recorrido por las letras en Chile, se encuentran ellos, la cara visible del inmenso trabajo previo: los libreros y libreras. Mucho se dice que Santiago no es Chile, por lo mismo, se presentarán aquí tres perspectivas regionales del estado de los libros en Chillán, Valdivia y Puerto Montt: ¿cómo han sobrellevado la pandemia? ¿Qué métodos utilizaron para hacerlo? ¿Cómo ven el futuro del papel? Prepara un café, conecta los audífonos y sumérgete en las voces de protagonistas de la escena literaria chilena. Y sureña. 

Alex Jara, administrador de la librería Que Leo de la ciudad de Chillán.
Boris Farías, socio fundador de librería Los Libros del Gato Caulle en la sureña ciudad de Valdivia.
Rodrigo Vidaurre, vendedor de la librería Sotavento LIBROS de la ciudad de Puerto Montt.

El trayecto llegó a su fin. Muchas historias se revelaron para comentar la crisis, que puede estar a días o a meses de reventar. Sin embargo, el protagonista principal es quien llegó hasta aquí, quien dedica 1, 5 o 30 minutos al día para hacer una pausa y ahondar en una historia ajena o propia. Para descubrir nuevas temáticas o simplemente para evadir la realidad. El libro ¿está destinado a desaparecer? ¿O los lectores defenderán su materialidad hasta el fin?