Un desolador panorama país y el desgaste emocional producto de la dedicación a los animales callejeros son la tónica de los refugios en Chile
En Chile existe una realidad que se ha guardado bajo la alfombra. Una realidad que muy pocos buscan enfrentar y que muchos ni siquiera se imaginan o quieren visualizar, pero está ahí, presente de norte a sur. Las organizaciones sociales dedicadas al rescate, rehabilitación y al cuidado de animales callejeros, ya sean perros o gatos, se desenvuelven en un contexto desesperanzador marcado por la irresponsabilidad, violencia y abandono por parte de la ciudadanía y la falta de apoyo por autoridades municipales.
En 2022 se desarrolló el primer estudio de población animal en Chile realizado por la Universidad Católica en conjunto con la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) el cual dio a conocer una estimación de la cantidad de canes y felinos que habitan en Chile. El resultado arrojó un total de 16.531.956 animales, entre los cuales un 75,5% de ellos cuentan con supervisión, mientras que 4.049.277 deambulan por las calles son.
A fines de 2018 aparecía en los diferentes medios de comunicación una de las primeras cifras que la Subdere manejó para el conteo de animales callejeros con un total de 334 mil, sin embargo, cuatro años después; la cifra resultó ser 10 veces mayor.
Cuesta dimensionar una cifra tan grande, pero es indispensable aterrizar el número para dimensionar la gravedad del problema que está presenta a lo largo del territorio nacional.
Los animales al parecer nunca fueron una preocupación para las autoridades de turno, es más, politicas públicas como la Ley de Tenencia Responsable de Animales y Mascotas o más conocida como la "Ley Cholito" fue impulsada netamente por el impacto emocional que generó el maltrato en un caso particular que tuvo lugar en Santiago, pero la violencia, ya sea; física, abandonos, malos tratos e incluso violencia sexual, ha estado presente en la sociedad chilena durante muchos años y en todas las regiones.
Quienes han emergido para que estas cifras disminuyan han sido las organizaciones sociales autogestionadas destinadas a rescatar y darle un hogar a aquellos animales sin supervisión, pero a un costo muy alto; el desgaste emocional y el sacrificio de la salud mental.
El precio de la dedicación a los animales callejeros
Aracelly Vargas es representante de la fundación Amigos Peludos. Un refugio ubicado en Batuco que alberga a más de 80 animales y que además realiza rutas de alimentación para aquellos que se encuentran en las calles y se les dificulta su rescate. Ella y su compañero son los únicos que mantienen en pie la organización que, a pesar de las dificultades, logran dar esperanza a quienes han sido víctimas del abandono
Respecto a la salud mental que se vive en los refugios para animales, Aracelly nunca ha recibido ningún tipo de ayuda por parte de las municipalidad o alguna institución estatal para poder encontrar algún apoyo, considerando que la realidad que experimenta y los acontecimientos de los cuales ha sido testigo son sumamente traumáticos para ella y para cualquier persona.
No es fácil ver la violencia en las calles los siete días de la semana. A través de redes sociales se logra ver que muchos de los representantes de fundaciones animalistas denuncian con impotencia y rabia los hechos de los cuales son testigos. Son partícipes y se involucran completamente en el resguardo de los animales callejeros, por lo cual no es extraño que sus reacciones asuman tales adjetivos.
Amigos Peludos lleva años funcionando. En medio de altos y bajos ha podido rescatar y brindar un hogar a un gran número de animales que hoy por hoy ya no son callejeros, pero los problemas económicos siempre tocan la puerta del refugio. Aracelly hace lo posible por buscar el financiamiento necesario a través de campañas mediante redes sociales, pero la ayuda no siempre aparece...
"No llega ayuda y hay cosas que no pueden posponerse. Nos vamos endeudando y es la única forma de poder hacerlo y eso es un poco frustrante y desesperante. No le podemos echar la culpa a nadie, porque no podemos obligar a nadie a ayudar, pero si uno tiene sentimientos encontrados y dice ´pucha nosotros hacemos la misma pega que varias fundaciones´, que son mucho más grandes en cuanto a seguidores y da lata y pena no recibir ese apoyo también".
Aracelly Vargas, fundadora de Amigos Peludos
Las diferentes organizaciones a lo largo del país sobreviven con lo que tienen ante un escenario sumamente negativo, pero a pesar de las dificultades económicas, la falta de alimentos y la escasa ayuda por parte de las autoridades correspondientes, logran aliviar y brindar un hogar a aquellos animales callejeros que circulan por las calles, los campos, las ciudades y las periferias. Con poco hacen frente a un problema que lejos está de ser solucionado.