¿Hemos cambiado en 26 años? El revival de “Sex and the City” y una brecha de género lejos de ser resuelta.
Entre 1998 y 2024 pasaron veintiséis años. Durante este tiempo, ocurrió una ola feminista; aquellos que en 1998 tenían 4 años, ahora tienen 30; y la gente consume contenido audiovisual principalmente en plataformas de streaming. Sucedieron muchas cosas en este período, pero algo que parece no cambiar es lo cautivadora que resulta la serie Sex and the City (STAC) para la audiencia. La producción, estrenada en julio de 1998, se reestrenó este 1 de abril en Netflix, rompiendo récords de audiencia.
La plataforma Netflix apostó por el guion que narra la intimidad de 4 amigas, que en sus treinta años viven en la ciudad de Nueva York. Esta producción, escrita y grabada durante los años noventa, volvió a ser estrenada 26 años después de su estreno. Bajo el riesgo de perder un negocio millonario, la plataforma compró una serie que podía parecer anticuada ante ojos de una nueva audiencia. Considerando que las últimas décadas han estado marcadas por los debates de género, movilizando cambios en la vida privada y colectiva de las mujeres: ¿Que tiene Sex and the City que continúa cautivando nueva audiencia?
Sexo, humor y romance desde un comedor en Nueva York: Los elementos mediante los que STAC reflexiona sobre la intimidad de las mujeres.
Durante la semana de su estreno, la serie alcanzó 12.300.000 horas de visualización, dentro de un catálogo que para 2023 ya sumaba más de 18.000 títulos. Con los números en mente, solo la audiencia puede decir por qué Sex and the City es una serie de culto aún en 2024.
El rol de la amistad se tematizó con mucha fuerza en los debates de género las últimas décadas, pues se configura como un espacio reivindicatorio para las mujeres. Hasta hace algunas décadas era difícil encontrar una producción audiovisual que contemplara la vida personal de las mujeres, y mucho menos su manifestación colectiva: la amistad. Representar audiovisualmente la amistad entre mujeres abre al espacio público, lo que comúnmente se reservaba para el mundo privado. Hoy, la intimidad colectiva femenina, ocurre en muchas partes, el cuarto propio, una plaza, -y como en Sex and the City- también en un comedor en medio de Manhattan.
Comedor en que Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte se juntaban todos los fines de semana a tomar desayuno. Cerró sus puertas a público.
En esta serie, la amistad se materializa en un relato coral, pero no así en conversaciones de las protagonistas. Carrie, Samantha, Miranda y Charlotte debaten sobre sus biografías sexuales y amorosas, en las que cada personaje adopta un rol distintivo y, a menudo, discrepante. Cada una ofrece distintas perspectivas sobre temas como el matrimonio, la monogamia y la maternidad. Visiones que se contrastan en conversaciones entremedio de alguna actividad estereotípica de las mujeres cómo hacer compras, o tomar un Cosmopolitan.
Tal vez, una de las claves de Sex an the City sea narrar con riqueza la intimidad de cada protagonista, por medio de un relato coral basado en la amistad. Una amistad imperfecta, tanto como cada personaje y su vida privada.