Los niños lectores de Puente Alto

[et_pb_section bb_built=”1″ _builder_version=”3.0.47″ custom_padding=”39px|0px|50.5156px|5px|false|false”][et_pb_row _builder_version=”3.0.48″ background_size=”initial” background_position=”top_left” background_repeat=”repeat” custom_padding=”30px|0px|25.1563px|0px|false|false”][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_image src=”http://dpd.comunicaciones.uc.cl/wp-content/uploads/2019/06/Portada-final.jpg” _builder_version=”3.6″ /][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row custom_padding=”0|0px|0|0px|false|false” _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_accordion _builder_version=”3.6″][et_pb_accordion_item open=”on” _builder_version=”3.6″ title_text_shadow_horizontal_length=”0em” title_text_shadow_vertical_length=”0em” title_text_shadow_blur_strength=”0em” body_text_shadow_horizontal_length=”0em” body_text_shadow_vertical_length=”0em” body_text_shadow_blur_strength=”0em”]

En la escuela municipal Padre Hurtado profesores y alumnos de primero básico trabajan junto a la Fundación Crecer con Todos en la tarea de lograr que los pequeños lean y entiendan lo que lean, algo que el 60% de los escolares chilenos no consigue.

[/et_pb_accordion_item][/et_pb_accordion][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_text _builder_version=”3.6″] Son casi las 9.30 y los 749 niños de la Escuela Padre Hurtado de Puente Alto juegan felices. Unos corren tras pelotas plásticas, otros lanzan bolitas; unos se revuelcan sobre pasto sintético; algunos leen, otros usan celulares y el resto se arremolina en torno al aparato. Todos hacen algo. El patio bulle. La entrada es a las 8, pero esa parte de la mañana está reservada para la leche. “Es que muchos niños vienen acá sin tomar desayuno, así que pusimos la primera clase de Lenguaje a las nueve y media porque si no han comido andan desconcentrados y así es muy difícil aprender”, razona la jefa de la Unidad Técnica Pedagógica (UTP) de este colegio municipal, Sandra Castillo.   [/et_pb_text][/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<iframe width=”560″ height=”315″ src=”https://www.youtube.com/embed/FD5OFNyjWbs” frameborder=”0″ allow=”accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture” allowfullscreen></iframe>[/et_pb_code][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text _builder_version=”3.6″] Carolina Ulloa sale al paso. Es la profesora del primero básico A y recibe con voz gastada y entusiasta a las visitas. Suena el timbre y los niños corren a formarse frente a sus salas. La de su curso está en el segundo piso.  La puerta es azul metálica y sus ventanas están enrejadas. Parece un búnker, pero adentro es todo colores, lápices, pósters, instrucciones, consejos en letras grandes recortadas. Abundan los dibujos y las mochilas de personajes animados. La tía viste delantal bajo la chaqueta. Hace frío. La cordillera nevada se ve cerca El grupo entra al aula. Ahí los espera un cuento que se ilumina en el pizarrón gracias a un proyector. La profesora les hace preguntas a los niños sobre las normas de un buen lector. Cada respuesta correcta es celebrada con un aplauso de la clase. Los pequeños enumeran las exigencias: uno, deben estar concentrados (¡clap!); en silencio (¡clap!); deben levantar su mano y esperar la venia? de Carolina para responder (¡clap!); y hay que respetar la opinión del compañero (¡clap!). “¡Listo, estamos!”, dice la maestra. “Hoy vamos a descubrir el significado de las palabras ‘estrujar’ y ‘descender’. ¿Alguien sabe lo que significan?”. Los niños lanzan sus teorías. Parte la lectura del cuento. El protagonista es el Hipopótamo Hipólito: [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”2_3″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<iframe width=”560″ height=”315″ src=”https://www.youtube.com/embed/2pCLDSGxddU” frameborder=”0″ allow=”accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture” allowfullscreen></iframe>[/et_pb_code][/et_pb_column][et_pb_column type=”1_3″][et_pb_text _builder_version=”3.6″] Cada vez que menciona “descender”, los niños se apresuran a gritar: “¡descendía, descendía, descendía!”. – “¡Es bajar para abajo”, lanza uno de ellos. – “Dejémoslo en bajar nomás”, le responde la profesora con gracia. Los niños van repitiendo en silencio las palabras de la profesora. El relato va acompañándose de las ilustraciones que se proyectan en la pizarra. – “Y Colorín Colorado, este cuento se ha a acaba…”, esboza Carolina. [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<div class=”infogram-embed” data-id=”8d08ecb7-cd0b-4aab-aff5-4f479667eebc” data-type=”interactive” data-title=”Gráfico por grupo socioeconomico”></div><script>!function(e,t,s,i){var n=”InfogramEmbeds”,o=e.getElementsByTagName(“script”)[0],d=/^http:/.test(e.location)?”http:”:”https:”;if(/^\/{2}/.test(i)&&(i=d+i),window[n]&&window[n].initialized)window[n].process&&window[n].process();else if(!e.getElementById(s)){var r=e.createElement(“script”);r.async=1,r.id=s,r.src=i,o.parentNode.insertBefore(r,o)}}(document,0,”infogram-async”,”https://e.infogram.com/js/dist/embed-loader-min.js”);</script><div style=”padding:8px 0;font-family:Arial!important;font-size:13px!important;line-height:15px!important;text-align:center;border-top:1px solid #dadada;margin:0 30px”><a href=”https://infogram.com/8d08ecb7-cd0b-4aab-aff5-4f479667eebc” style=”color:#989898!important;text-decoration:none!important;” target=”_blank”>Gráfico por grupo socioeconomico</a><br><a href=”https://infogram.com” style=”color:#989898!important;text-decoration:none!important;” target=”_blank” rel=”nofollow”>Infogram</a></div>[/et_pb_code][/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_image src=”http://dpd.comunicaciones.uc.cl/wp-content/uploads/2019/06/IMG_3810.jpg” _builder_version=”3.6″ /][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row custom_padding=”0|0px|0|0px|false|false” _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text _builder_version=”3.6″ /][et_pb_text _builder_version=”3.6″] – “¡Doooooo!”, termina el grupo. Y a lo lejos se oye alguien que complementa suavecito: “Pasó por un zapatito roto y mañana te cuento o-trooooo”. Una sirena suena con insistencia afuera del colegio, pero nadie se inmuta en la sala. El grupo sigue concentrado en lo que pasa adelante, nadie mira hacia la ventana. “Ellos están acostumbrados a ésto… ni con las balaceras se impresionan”, confidencia la profesora. Esta vez no se trata de un hecho delictual, sino de la visita de Bomberos al jardín infantil vecino. Pero la clase sigue y ahora llega un momento clave: hay que utilizar las palabras nuevas y aplicarlas a las situaciones cotidianas. [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”1_3″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<iframe src=”https://www.google.com/maps/d/embed?mid=1kLMDZrCaaVRlxBJq3xk0DfXvEPmuKD7g” width=”640″ height=”480″></iframe>[/et_pb_code][/et_pb_column][et_pb_column type=”2_3″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<iframe width=”560″ height=”315″ src=”https://www.youtube.com/embed/-L-PcjEpQU4″ frameborder=”0″ allow=”accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture” allowfullscreen></iframe>[/et_pb_code][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text _builder_version=”3.6″] Tras ello, parte una nueva fase de la planificación: hay que repasar la letra que les ocupa en la jornada. Se trata de la “Q”, tarea que se refuerza con la lectura del cuento del Quirquincho Quique y una dinámica preparada para que los chicos entiendan que tanto como una letra, la “q” cobra más bien vida en el lenguaje a través de una sílaba. La dinámica es graciosa. [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row custom_padding=”22.6875px|0px|0|0|false|false” _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<iframe width=”560″ height=”315″ src=”https://www.youtube.com/embed/52RuX5E5ZUU” frameborder=”0″ allow=”accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture” allowfullscreen></iframe>[/et_pb_code][/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_text _builder_version=”3.6″] Ahora viene el momento de poner en evidencia lo aprendido. En el pizarrón se proyectan oraciones y todos los estudiantes deben pasar adelante y marcar con un plumón las sílabas relacionadas con la “q”. Para los más pequeños hay un piso que les ayuda a llegar más alto. Todos pasan adelante y los compañeros se dan consejos a gritos. El ejercicio continuará ahora en el libro de ejercicios; la profesora les corrige, apoya y alienta a seguir. La misma labor se está cumpliendo a esa hora en el primero B y el primero C, con las tías Lorena Herrera y Fabiola Cares. En un nivel más avanzado, el programa sigue con los segundos básicos y se espera que se extienda por cuatro a cinco años. [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text _builder_version=”3.6″] La socióloga y coordinadora comunal de la Fundación Crecer con Todos en Puente Alto, Lorena Vargas, cuenta que en los colegios donde aplican en esos plazos este plan han logrado ascensos en la prueba del Sistema de Medición de Calidad de la Educación (Simce) de 50 a 100 puntos. En el test aplicado el año pasado por la Escuela Básica Padre Hurtado obtuvo un promedio de 262 puntos en Comprensión de Lectura en cuarto básico. Si Lorena tuviera razón y este colegio subiera sólo los 50 puntos de base que muestra la experiencia con esta iniciativa, el establecimiento puentealtino superaría largamente en el año 2022 los 300 puntos en que están estancados desde 2008 los establecimientos de los sectores más acomodados del país. “Nuestra misión como fundación es que todo niño en Chile, en cualquier contexto, en cualquier rincón, aprenda a leer y a escribir”, esgrime la encargada. [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_text _builder_version=”3.6″]   [/et_pb_text][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<iframe width=”560″ height=”315″ src=”https://www.youtube.com/embed/mei_sP5jvJ8″ frameborder=”0″ allow=”accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture” allowfullscreen></iframe>[/et_pb_code][/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_text _builder_version=”3.6″] El programa se basa en el acompañamiento. Los tutores de la fundación trabajan semanal o quincenalmente en el aula, observando el trabajo de la docente con los niños. Luego discuten lo que se debe reforzar y se aplica inmediatamente. Las evaluaciones son semestrales y a fin de año la meta es que no pasen a segundo niños que no saben leer comprensivamente. El dato no es menor si se considera que, según el Ministerio de Educación, hay 158 mil niños que ascendieron a segundo sin tener esa capacidad. Por esa razón es que a fines de 2018 la cartera firmó un convenio para expandir esta exitosa iniciativa a unas 300 salas de colegios que no repuntan. Es el proyecto Leo Primero.   [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_text _builder_version=”3.6″] “Este programa nos ha sistematizado y nos ha traído una nueva forma de aprender para los niños, porque a través de la lectura diaria de cuentos se trabaja mucho la motivación”, promueve la jefa de UTP, Sandra Castillo. Carolina Ulloa agrega que el modelo implica que cada letra se pasa y refuerza durante cuatro días, mientras que en el sistema tradicional lo realizaban cada dos. La diferencia significa que si un niño falta a un par de clases tiene menos posibilidades de quedar rezagado. Y esto es relevante, agrega la docente, porque “acá la asistencia es muy mala, demasiado mala, hay que estar llamando a los apoderados para que traigan a los niños”. Además, el programa les proporciona material para compartir con los estudiantes. “El libro es lindo, motivador, y ellos todos los días ya están acostumbrados a su cuento”, comenta la profesora entusiasmada. [/et_pb_text][/et_pb_column][et_pb_column type=”1_2″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<iframe width=”560″ height=”315″ src=”https://www.youtube.com/embed/QhQxvTNCK1A” frameborder=”0″ allow=”accelerometer; autoplay; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture” allowfullscreen></iframe>[/et_pb_code][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row custom_padding=”0|0px|22.6875px|0px|false|false” _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text _builder_version=”3.6″] Han pasado 90 minutos de clase; sonó el timbre y los estudiantes salen raudos a jugar al patio. Los adultos que estuvieron en sala están cansados, no así la tía. Pese al intenso trajín, sigue entusiasmada por lo que está pasando con su curso, se despide acogedoramente y parte a reunirse con sus colegas de los otros cursos para contarle los detalles de su clase y afinar lo que haya que afinar. Porque, insisten los encargados, en Leo Primero, todo se evalúa y con la educación de los niños no hay un minuto que perder. [/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”2_3″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<iframe width=”960″ height=”640″ data-original-width=”1086″ data-original-height=”724″ src=”https://www.thinglink.com/card/1201286098253250565″ type=”text/html” frameborder=”0″ webkitallowfullscreen mozallowfullscreen allowfullscreen scrolling=”no”></iframe><script async src=”//cdn.thinglink.me/jse/responsive.js”></script>[/et_pb_code][/et_pb_column][et_pb_column type=”1_3″][et_pb_text _builder_version=”3.6″ /][et_pb_testimonial author=”Diálogo profesora – alumno.” portrait_url=”http://dpd.comunicaciones.uc.cl/wp-content/uploads/2019/06/IMG_3811.jpg” _builder_version=”3.6″] – “Hoy vamos a descubrir el significado de las palabras ‘estrujar’ y ‘descender’. ¿Alguien sabe lo que significan?”. – “¡Es bajar para abajo”. [/et_pb_testimonial][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_gallery gallery_ids=”3070,3073,3074,3075,3076,3077,3078,3079,3080,3081,3082,3083,3084,3085″ fullwidth=”on” _builder_version=”3.6″ title_font=”||||||||” title_text_color=”#ffffff” pagination_font=”||||||||” background_color=”#f27d00″ text_orientation=”center” /][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<iframe width=”100%” height=”166″ scrolling=”no” frameborder=”no” allow=”autoplay” src=”https://w.soundcloud.com/player/?url=https%3A//api.soundcloud.com/tracks/642213462&color=%23ff5500&auto_play=false&hide_related=false&show_comments=true&show_user=true&show_reposts=false&show_teaser=true”></iframe>[/et_pb_code][/et_pb_column][/et_pb_row][et_pb_row _builder_version=”3.6″][et_pb_column type=”4_4″][et_pb_code _builder_version=”3.6″]<div class=”infogram-embed” data-id=”450f6e61-3e21-41b7-bda6-a49b9746c3ce” data-type=”interactive” data-title=”Flow Light”></div><script>!function(e,t,s,i){var n=”InfogramEmbeds”,o=e.getElementsByTagName(“script”)[0],d=/^http:/.test(e.location)?”http:”:”https:”;if(/^\/{2}/.test(i)&&(i=d+i),window[n]&&window[n].initialized)window[n].process&&window[n].process();else if(!e.getElementById(s)){var r=e.createElement(“script”);r.async=1,r.id=s,r.src=i,o.parentNode.insertBefore(r,o)}}(document,0,”infogram-async”,”https://e.infogram.com/js/dist/embed-loader-min.js”);</script><div style=”padding:8px 0;font-family:Arial!important;font-size:13px!important;line-height:15px!important;text-align:center;border-top:1px solid #dadada;margin:0 30px”><a href=”https://infogram.com/450f6e61-3e21-41b7-bda6-a49b9746c3ce” style=”color:#989898!important;text-decoration:none!important;” target=”_blank”>Flow Light</a><br><a href=”https://infogram.com” style=”color:#989898!important;text-decoration:none!important;” target=”_blank” rel=”nofollow”>Infogram</a></div>[/et_pb_code][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]

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